Nuestra Fe y Creencias.

 Lutero resumió lo que él consideraba era la enseñanza más importante del Cristianismo:

El primer y más importante artículo es este: Jesucristo, nuestro Dios y Señor, murió por nuestros pecados y fue resucitado para nuestra justificación (Romanos 3:24-25). Sólo Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo (Juan 1:29), y Dios cargó en Él la iniquidad de todos nosotros (Isaías 53:6). Todos han pecado y son justificados gratuitamente, sin sus propias obras y méritos, por Su gracia, a través de la redención que es en Cristo Jesús, en Su sangre (Romanos 3:23-25). Esto es lo que es necesario creer. Esto no se puede adquirir o entender por ninguna obra, ley o mérito. Por lo tanto, es claro y cierto que sólo esta fe nos justifica… Nada de este artículo se puede renunciar o abandonar, aún si el cielo y la tierra y todo lo demás cayera (Marcos 13:31)

Comenzaré por negar la existencia de siete sacramentos, y, por el momento, propondré sólo tres: el bautismo, la penitencia y el pan. Todos ellos se han reducido por obra y gracia de la curia romana a una mísera cautividad, y la iglesia ha sido totalmente despojada de su libertad. Aquilatando mis palabras al uso de la Escritura, en realidad tendría que decir que no admito más que un sacramento y tres signos sacramentales. De ello hablaré a su debido tiempo1.

1 El único sacramento sería la palabra de Dios (palabra de la promesa) realizada en Cristo

 La Cautividad Babilónica De La Iglesia de Martín Lutero (1520)

El Credo Apostólico

El Credo Apostólico
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo; nació de la virgen María; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo; la santa Iglesia Cristiana, la comunión de los santos; la remisión de los pecados; la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén.

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El Credo Niceno

El Credo Niceno
Creo en un Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas, visibles e invisibles.
Y creo en un Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, engendrado del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios del verdadero Dios, engendrado, no hecho, consubstancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas; quien por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación descendió del cielo, se encarnó por obra del Espíritu Santo en la virgen María, y fue hecho hombre; fue también crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado; resucitó al tercer día según las Escrituras, y subió al cielo; está sentado a la diestra del Padre y volverá nuevamente en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo reino no tendrá fin.
Y Creo en el Espíritu Santo, Señor y Vivificador, quien procede del Padre y del Hijo; quien es adorado y glorificado juntamente con el Padre y el Hijo; quien habló por los profetas.
Creo en una santa Iglesia Cristiana y Apostólica. Confieso un Bautismo para la remisión de los pecados; y espero la resurrección de los muertos y la vida en el mundo venidero. Amén.

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El Credo de Atanasio

El Credo de Atanasio
Todo el que quiere ser salvo, antes que todo es necesario que tenga la verdadera fe cristiana.
Y si alguno no la guardare íntegra e inviolada, es indudable que perecerá eternamente.
Y la verdadera fe cristiana es esta, que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y la Trinidad en la unidad; no confundiendo las personas, ni dividiendo la substancia.
Una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo.
Pero una sola es la divinidad del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; igual es la gloria, y coeterna la majestad.
Cual el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo.
Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
El Padre es inmenso, el Hijo es inmenso, el Espíritu Santo es inmenso.
El Padre es eterno, el Hijo es eterno, el Espíritu Santo es eterno.
Sin embargo, no son tres eternos, sino un Eterno.
Como tampoco son tres increados, ni tres inmensos, sino un Increado y un Inmenso.
Igualmente, el Padre es todopoderoso, el Hijo es todopoderoso, el Espíritu Santo es todopoderoso. Sin embargo, no son tres todopoderosos, sino un Todopoderoso.
Así que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
Sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios.
Asimismo, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.
Sin embargo, no son tres señores, sino un solo Señor.
Porque, así como somos compelidos por la verdad cristiana a confesar a cada una de las tres personas, por sí misma, Dios y Señor:
Así nos prohibe la religión cristiana decir que son tres dioses y tres señores.
El Padre no fue hecho por nadie, ni creado, ni engrendrado.
El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado.
El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo; ni hecho ni creado, ni engendrado, sino procedente.
Así que es un Padre, no tres padres; un Hijo, no tres hijos; un Espíritu Santo, no tres espíritus santos.
Y en esta Trinidad ninguno es primero o postrero; ninguno mayor o menor; sino que todas las tres personas son coeternas juntamente y coiguales;
Así que en todas las cosas, como queda dicho, debe ser venerada la Trinidad en la unidad, y la unidad en la Trinidad.
Quien, pues, quiere ser salvo, debe pensar así de la Trinidad.
Además, es necesario para la salvación que se crea también fielmente la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
Esta es, pues, la fe verdadera, que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y hombre;
Dios de la substancia del Padre, engendrado antes de los siglos; y hombre de la substancia de su madre, nacido en el tiempo;
Perfecto Dios y perfecto hombre, subsistiendo de alma racional y de carne humana;
Igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad;
Quien, aunque es Dios y hombre, sin embargo no son dos, sino un solo Cristo;
Uno, empero, no por la conversión de la divinidad en carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios;
Absolutamente uno, no por la confusión de la substancia, sino por la unidad de la persona.
Porque como el alma racional y la carne es un hombre, así Dios y el hombre es un Cristo;
Quien padeció por nuestra salvación; descendió al infierno, al tercer día resucitó de los muertos;
Subió al cielo; está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;
De donde ha de venir para juzgar a los vivos y a los muertos;
En cuya venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos; y han de dar cuenta de sus propias obras.
Los que hicieron bien, irán a la vida eterna; pero los que hicieron mal, al fuego eterno.
Esta es la verdadera fe cristiana; que si alguno no la creyere firme y fielmente, no podrá ser salvo.

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¿Qué creemos?

Con el fin de informar en detalle cuáles son las doctrinas básicas de la Iglesia  Luterana, transcribimos a continuación el texto del folleto ¿Qué es la Iglesia luterana?, editado por la Fundación Cristo Para Todas Las Naciones.

INTRODUCCCION

Ya han pasado más de 500 años desde que la iglesia cristiana fue renovada luego de un largo período de corrupción, abusos y debilidad. El proceso mediante el cual Dios llevó a cabo esa restauración es conocido en la historia como “La Reforma”. El instrumento usado para su ejecución fue la Palabra de Dios; y el principal agente humano fue Martín Lutero.

Las enseñanzas de la Reforma no eran nuevas, sino que eran las verdades eternas de Dios, como están reveladas en la Biblia. Estas verdades también han sido preservadas y son presentadas hoy al mundo en toda su integridad por la Iglesia luterana.

La Iglesia luterana, fundamentada sobre las doctrinas de la Biblia, no es una nueva organización, no es una mera secta o denominación, sino que es la antigua iglesia cristiana, en la manera en que los apóstoles la concibieron en sus orígenes, pero en su forma y apariencia actuales.

A continuación presentamos un breve resumen de lo que cree y enseña la Iglesia luterana.

VERDADES FUNDAMENTALES

1. La Biblia 2. Dios Trino 3. el hombre 4. la ley de Dios
5. el pecado 6. la justificación 7. la gracia 8. el Salvador
9. el Evangelio 10. el arrepentimiento 11. la fe 12. Espíritu Santo
13. la conversión 14. la santificación 15. la Iglesia 16. el Bautismo
17. la Cena del Señor 18. la oración 19. diablo e infierno 20. la muerte y el más allá

LA BIBLIA

Los luteranos enseñan que:

  • la Biblia es, en todos sus términos, la palabra de Dios;
  • consecuentemente, todos los hechos relatados son absolutamente verdaderos;
  • se interpreta a sí misma;
  • es la única verdad divina conocida sobre la tierra;
  • anuncia la salvación por la fe en Jesucristo; y
  • por lo tanto debe ser diligentemente oída y estudiada.

Referencias: 2 Pedro 1:21; 1 Corintios 2:13; Juan 5:39; Lucas 11:28.

DIOS TRINO

Los luteranos enseñan que:

  • Dios es trino. Esto es, un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo;
  • estas tres personas son iguales;
  • ignorar o negar uno es rechazar a todos;
  • Él es el Creador, Redentor y Santificador.

Referencias: Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; Juan 5:23; 1Juan 2:23; Génesis 1:1; 1 Juan 2:1,2; Romanos 15:13.

EL HOMBRE

Los luteranos enseñan que:

  • el hombre no es producto de una evolución, sino que fue hecho por Dios en un acto directo de creación;
  • le fue dada un alma inmortal, dotada de perfecta santidad y creada para vivir eternamente;
  • al no permanecer en obediencia a la voluntad divina, rompió la comunión íntima con Dios y quedó totalmente inclinado al mal y sujeto a la muerte;
  • en su estado natural, no puede, por cualquier poder o fuerza de su parte, restablecer las relaciones con Dios.

Referencias: Génesis 2:7; 1:27; Génesis 3; Salmo 14:3; Romanos 5:12; Isaías 64:6; Salmo 143:2; 1 Corintios 2:14.

LA LEY DE DIOS

Los luteranos enseñan que:

  • la ley de Dios exige espíritu, pensamientos, palabras y acciones perfectas;
  • la ley condena íntegramente a todos aquellos que la transgreden;
  • la ley no puede salvar a los hombres, porque nadie puede cumplirla a la perfección;
  • su función principal es la de llevar al hombre al conocimiento de su condición de pecador.

Referencias: Mateo 5:48; Levítico 19:2; Deuteronomio 27:26; Romanos 3:20.

EL PECADO

Los luteranos enseñan que:

  • cada pensamiento, palabra y hecho contrario a la ley de Dios es pecado;
  • cada ser humano es pecador de nacimiento;
  • todo el mal en el mundo es consecuencia del pecado del hombre;
  • el pecado lleva a la condenación eterna.

Referencias: 1 Juan 3:4; Juan 3:6; Génesis 8:21; Romanos 5:12; Salmo 5:4.

LA JUSTIFICACION

Los luteranos enseñan que:

  • todo cuanto era necesario para la reconciliación del mundo con Dios fue hecho cuando Jesucristo, cargando con el castigo que merecían los hombres pecadores, dio su vida en la cruz, y resucitó;
  • Dios, a causa de la obra de Jesucristo, declaró a la humanidad libre de la deuda y culpa del pecado;
  • esta justificación se hace realidad en la vida de la persona cuando el Espíritu Santo provoca en ella, la aceptación de la misma;
  • por causa de Jesucristo y a través de la fe, cada persona que cree es declarada libre de su culpa y puesta en paz con Dios; esto es un regalo del amor de Dios.

Referencias: 2 Corintios 5:19; Romanos 5:18,19; Hechos 10:43; Romanos 3:22-24,28; Efesios 2:8

LA GRACIA

Los luteranos enseñan que:

  • la gracia es la actitud y predisposición de bondad y compasión de Dios, mostrada al hombre pecador que no puede hacer nada en su propio beneficio. Dios viene en favor del hombre, aún cuando el hombre está en contra de Dios.
  • esta gracia es gratuita porque no está basada en ningún mérito u ofrecimiento de parte del hombre.
  • esta gracia es universal: Dios se encarnó en Jesucristo para beneficiar a toda la humanidad; todos han sido declarados justos a través de él, y ésta invitación de gracia se extiende a todos, si bien sólo se benefician con ella quienes la aceptan por medio de la fe.
  • la gracia de Dios es revelada en el envío de Jesucristo como hombre, en la justificación del pecador, en su regeneración por el Espíritu Santo y en su glorificación.
  • la gracia de Dios es resistible.

Referencias: Romanos 11:6; Efesios 2:1-10; Romanos 5:20-21; Romanos 3:21-31; Tito 3:3-7

EL SALVADOR

Los luteranos enseñan que:

  • Jesucristo es el Hijo de Dios y que es igual al Padre en todos los sentidos;
  • también es el hijo de la virgen María y que fue hecho hombre a fin de que pudiese redimir al mundo;
  • satisfizo las exigencias de la ley divina en lugar de todos los hombres, guardando los mandamientos de Dios en nuestro lugar;
  • cargó con el castigo de nuestros pecados sufriendo y muriendo en la cruz, en nuestro lugar;
  • resucitó corporalmente de entre los muertos y hoy vive;
  • vendrá visiblemente por segunda y última vez en el fin del mundo para juzgar a los vivos y a los muertos.

Referencias: Juan 5:20, 23; 10:30; 14:9; Mateo 1:18-25; 1Pedro 2:22-24; Gálatas 4:4,5; 3:13; 1 Juan 2:1,2; Romanos 4:25; Juan 14:19; Hechos 1:11; 10:42.

EL EVANGELIO

Los luteranos enseñan que:

  • el evangelio no es una nueva ley, o ley superior, sino que es la revelación de la buena noticia de aquello que Dios en su gran amor y bondad hizo, hace, y continúa haciendo, por medio de Jesucristo para la salvación de toda la humanidad;
  • el evangelio ofrece en forma gratuita a todos los pecadores la justificación lograda por Cristo Jesús;
  • Por el evangelio de Jesucristo, Dios salva eternamente a aquellos que con fe aceptan sus promesas.

Referencias: Ezequiel 33:11; 1 Timoteo 2:4; Lucas 4:18,19; Juan 3:16; Romanos 3:21-24; 1:16.

EL ARREPENTIMIENTO

Los luteranos enseñan que:

  • el arrepentimiento es el reconocimiento del pecado y el sincero pesar por el mismo;
  • el arrepentimiento es una condición sin la cual ningún hombre puede tener la esperanza de ser salvo;
  • todo pecador verdaderamente arrepentido tiene asegurado el perdón gratuito y completo de Dios.

Referencias: Isaías 55:6,7; Mateo 4:17; Marcos 1:15; Lucas 18:13,14; Hechos 2:38; 2Corintios 7:10.

LA FE

Los luteranos enseñan que:

  • la fe es la aceptación de Jesucristo, por parte del pecador arrepentido, como su real y único Salvador;
  • y también la completa confianza en Jesucristo para el perdón de los pecados y la salvación;
  • la fe no es un acto personal o un mérito humano, sino la obra del Espíritu Santo;
  • aquel que permanece en esta fe hasta el fin, será salvo real, plena y eternamente;
  • sin fe la salvación es imposible.

Referencias: Juan 1:12, 16; Hechos 10:43; Gálatas 2:16; 1Corintios 12:3; 1 Pedro 1:5; Hechos 16:31; Mateo 24:13; Juan 3:36.

ESPIRITU SANTO

Los luteranos enseñan que:

  • el Espíritu Santo es una persona del Dios Trino, por lo tanto, no es una mera fuerza, poder o manifestación de Dios que esté a disposición del creyente.
  • es Él quien opera en la persona el nuevo nacimiento o regeneración por medio del arrepentimiento y la fe;
  • el bautismo del Espíritu Santo que se promete en la Biblia ocurre en el momento de la regeneración, y no necesariamente se manifiesta de un modo extraordinario.
  • el Espíritu Santo habita en el creyente, lo hace hijo de Dios y lo une a la familia de la fe (la Iglesia); su permanencia le garantiza la salvación y su herencia en los cielos.
  • el Espíritu Santo santifica al creyente, consagrándolo y buscando su pleno desarrollo. Da un anticipo de lo que será y recibirá en la vida eterna.
  • los dones y frutos que da el Espíritu Santo son para el crecimiento del reino de Dios y no para provecho personal o como un fin en sí mismos.
  • el Espíritu Santo actúa por medio de la Palabra de Dios, sea ésta escrita, hablada o visible; y puede hacerlo en la forma que mejor le pareciere.
  • la venida del Espíritu Santo inaugura los tiempos previos a la segunda venida de Jesucristo. Él resucitará a los creyentes y los glorificará.

Referencias: Mateo 28:19; 1Corintios 2:11,12; Juan 16:8-11, Juan 3:8; Romanos 8:15-17; Tito 3:5-7; Efesios 1:13-14; 1 Tesalonicenses 4:7-8; Hechos 2:17; Romanos 8:11.

LA CONVERSION

Los luteranos enseñan que:

  • la conversión no es un mero cambio de conducta, sino un cambio de corazón, un renacer espiritual del hombre;
  • la conversión es realizada por el Espíritu Santo por medio de la Palabra;
  • la conversión se produce en y a través de la aceptación de Jesucristo como Salvador y Señor.

Referencias: Joel 2:13; Ezequiel 11:19; Jeremías 31:18; Juan 1:12,13; Romanos 10:17; 1 Juan 5:1.

LA SANTIFICACION

Los luteranos enseñan que:

  • la conducta y vida santificadas siguen a la conversión, y que son frutos y consecuencia de la fe;
  • todos los cristianos deben ser, y son, activos en buenas obras;
  • aunque la santificación es progresiva, la perfección en ella no será alcanzada sino en la vida eterna.

Referencias: Juan 3:3; 2Corintios 7:1; Gálatas 5:6, 25; 1 Tesalonicenses 4:7; Efesios 2:10; 1 Pedro 1:15; Romanos 7:15-25; Filipenses 3:12-14.

LA IGLESIA

Los luteranos enseñan que:

  • existe una iglesia invisible, que es el conjunto de todos aquellos que aceptan verdadera y sinceramente a Jesucristo como su Salvador;
  • esa iglesia es una sola;
  • Jesucristo es cabeza y Señor de la misma;
  • todos sus miembros gozan de iguales derechos;
  • tiene sus miembros dondequiera que se conozca, acepte y proclame activamente el evangelio de Cristo.
  • durará para siempre.

Los luteranos enseñan también que:

  • Existe una iglesia cristiana visible, la cual se compone de todos aquellos que profesan la fe cristiana y se reúnen en torno a la palabra de Dios.
    Triste, sin embargo, es que, a causa de la inherente inclinación del hombre hacia el mal, en esta iglesia visible siempre hay hipócritas, defensores de falsas doctrinas y de prácticas no cristianas. A pesar de eso, es deber de todo cristiano sincero buscar aquella parte de la iglesia visible que retiene la pura doctrina y la práctica correcta y unirse a ella.

Referencias: Juan 18:36; Lucas 17:20, 21; Juan 8:31,32; 1Corintios 12:13; Efesios 1:22,23; 2:19-22; Mateo 16:18; 13:47,48; 22:2-14; 15:9; 1Corintios 11:18; Romanos 16:17; 2 Tesalonicenses 3:6,14; 2Corintios 6:14-18.

El luteranismo no esta de acuerdo con los sistemas jerárquicos de gobierno eclesiástico y sostiene la autonomía de la congregación local, que, sin embargo, está ligada a la palabra de Dios en enseñanza y práctica.

Conforme a la política luterana, los laicos, en virtud de su sacerdocio real, toman parte activa en el gobierno y trabajo de la iglesia. De todos modos, la Iglesia luterana ha elaborado ciertas pautas operativas a fin de desarrollar su trabajo en forma efectiva y ordenada. Para ello se crean, a menudo, distintos organismos cuya principal función es la de encaminar el trabajo mancomunado de las congregaciones.

EL BAUTISMO

Los luteranos enseñan que:

  • el Bautismo es un lavamiento regenerador, divinamente instituido;
  • se destina tanto a niños como a adultos, y que se puede aplicar lavando, rociando con agua o sumergiendo en ella;
  • Dios en su gracia, a todos los que reciben el bautismo con fe, les da el perdón de los pecados y la promesa de vida eterna.

Referencias: Mateo 28:19; Tito 3:5; Marcos 10:14; Hechos 16:15; Hechos 22:16; 2:38; Marcos 16:16; Colosenses 2:12.

LA CENA DEL SEÑOR

Los luteranos enseñan que:

  • en el sacramento de la Santa Cena, el cuerpo y la sangre de Jesucristo están verdaderamente presentes en y con el pan y el vino, y son recibidos por todos los que comen y beben en la mesa del Señor;
  • los cristianos reciben el cuerpo y la sangre de Cristo para perdón de los pecados, fortalecimiento de su fe y crecimiento en la piedad;
  • la Santa Cena debe darse solamente a aquellos que profesan la fe cristiana.
  • la Santa Cena es la manifestación de la comunión con Dios y con los demás miembros de la iglesia

Referencias: Mateo 26:26-28; 1 Corintios 10:16; 11: 23-29.

LA ORACION

Los luteranos enseñan que:

  • la oración es la comunicación de los cristianos con Dios;
  • no es un acto por el cual se obtengan méritos o recompensas, a pesar de estar divinamente ordenada;
  • todo cristiano tiene el privilegio y la oportunidad de practicarla regularmente para provecho propio y para beneficio de otros;
  • la oración hecha con fe, conforme a la voluntad de Dios, tiene la clara y segura promesa de que Dios la acepta y responde de la manera que más conviene.

Referencias: Mateo 7:7,8; Salmo 50:15; 1 Timoteo 2:1, 8; 1Juan 5:14; Isaías 65:24; Mateo 21:22.

DIABLO E INFIERNO

Los luteranos enseñan que:

  • existe una gran hueste de espíritus (llamados “demonios” en la Biblia), dotados de poder, que son enemigos implacables de Dios y de su iglesia;
  • fueron lanzados al infierno;
  • el infierno es el lugar de castigo. El castigo es lo opuesto a la vida y la salvación. Se lo suele describir como el fuego eterno o la eterna separación de Dios.
  • En el día que Jesús regrese todos los hombres que murieron sin fe en Jesucristo serán destinados al infierno de tormento y condenación eterna.
  • La existencia del infierno es una realidad que se basa en la autoridad de las Escrituras Reveladas.

Referencias: Efesios 6:12; 1Pedro 5:8,9; Judas 6; Mateo 25:41; Isaías 66:24.

LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ

Los luteranos enseñan que:

  • El cuerpo, que en la muerte fue separado del alma, será resucitado el día en que Jesucristo regrese y se unirá nuevamente al alma;
  • Todos los hombres serán juzgados por Jesucristo;
  • Todos los creyentes en Jesucristo recibirán la vida eterna en el cielo, en cambio los no creyentes serán apartados de la presencia de Dios e irán a la condenación eterna.

Referencias: Juan 5:28, 29; Mateo 25:31-46.

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CUESTIONES ESPECIALES

21. Credos 23. Ecumenismo 25. iglesia y estado
22. Religión y ciencia 24. Educación religiosa 26. el divorcio

CREDOS

Los luteranos enseñan que:

  • un credo, como la palabra misma lo dice y significa (credo = yo creo), es simplemente una afirmación de aquello que se cree;
  • todo aquel que confiesa ser cristiano tiene un credo;
  • un credo no es un complemento a la Biblia; sino una respuesta de fe a las verdades reveladas en la misma;
  • La función del credo es confesar la fe y defenderla de posibles errores y falsas interpretaciones.

Referencias: 1 Pedro 3:15,16; Mateo 10:32

El luteranismo acepta las Escrituras canónicas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento como la palabra de Dios inspirada e infalible y como la única fuente de fe y vida.

Confiesa junto con la Iglesia Cristiana Universal los antiguos credos ecuménicos (El Credo de los Apóstoles, de Nicea y de Atanasio). Además suscribe las confesiones luteranas particulares (Confesión Inalterada de Augsburgo, 1530; La Apología, 1531; Los Artículos de Esmalcalda 1537; Los Catecismos Mayor y Menor de Lutero, 1529; La Fórmula de Concordia, 1577), como la exposición fiel de la doctrina bíblica.

RELIGION Y CIENCIA

Los luteranos enseñan que:

  • puesto que Dios se reveló en la grandeza y complejidad del universo, que se reveló como un Dios de misericordia y amor en la obra redentora de Cristo, por cierto no puede haber conflicto entre la verdadera ciencia y las verdades de la Biblia;
  • todas las teorías evolucionistas y filosóficas que niegan el lugar de Dios en el universo, o que intentan negar su revelación salvadora y santificadora, no concuerdan con las verdades reveladas de la Biblia;
  • la ciencia debiera ser, una forma de manifestación de las grandes bendiciones que Dios derrama sobre la humanidad.

Referencias: Salmo 8:3,4; 19:1; Hebreos 1:10; 11:3; Génesis 1:28.

ECUMENISMO

Los luteranos enseñan que:

  • la división que reina en la iglesia cristiana visible es una condición deplorable, y que los responsables por ella son los que defienden y profesan falsas doctrinas;
  • no puede haber verdadera unión exterior donde no hay unión en la fe;
  • la esperanza de una cristiandad unida se hará realidad solamente cuando todos los que confiesan ser cristianos acepten todas las doctrinas presentadas en la palabra de Dios.

Referencias: Romanos 16:17,18; Efesios 4:3-6.

EDUCACION RELIGIOSA

Los luteranos enseñan que:

  • la educación cristiana no es función del estado, sino del hogar y de la iglesia;
  • corresponde a la iglesia organizar escuelas y planear otras actividades que ayuden a los padres a educar a sus hijos en el amor del Señor;
  • la educación cristiana y la instrucción de niños y jóvenes, es una obligación que los padres cristianos tienen consigo mismos, con sus hijos, su iglesia y su patria.

Referencias: Marcos 10:14; Juan 21:15; Efesios 6:4; Deuteronomio 6:6

IGLESIA Y ESTADO

Los luteranos enseñan que:

  • el principio que establece la separación entre la iglesia y el estado está en armonía con el espíritu y la letra de las Escrituras;
  • a raíz de ello, la ejecución de las leyes civiles compete al estado y no a la iglesia;
  • la interferencia de la iglesia en el estado y viceversa no es conveniente.

Referencias: Juan 18:36; Mateo 22: 21; Romanos 13: 1-7

EL DIVORCIO

Los luteranos enseñan que:

  • Dios instituyó el matrimonio como el elemento fundacional de la sociedad. No es una creación humana.
  • Dios espera que el matrimonio sea una unión exclusiva y duradera, y por ello prohibe la poligamia y la promiscuidad sexual porque atentan contra la santidad del matrimonio.
  • el matrimonio no es un sacramento, y es válido, aún sin ceremonia religiosa.
  • el vínculo matrimonial debe preservarse inviolable;
  • delante de Dios, ningún divorcio es válido, a no ser en caso de adulterio o abandono malicioso;
  • la actual tendencia social, menosprecia la autoridad de Dios, el noviazgo y el matrimonio, y sólo puede traer daños incalculables al hogar, los hijos, la iglesia, el estado, en fin, a toda la sociedad.

Referencias: Mateo 19:9; 1 Corintios 7:15

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BIBLIOGRAFIA

  • Kretzschmar Karl, What Lutherans Teach, St. Louis, CPH, 1965, 34a. edición.
  • Harrison, Everett, Diccionario de Teología. T.E.L.L., Jenison, 1988.
  • Sociedades Bíblicas Unidas, La Santa Biblia, México, 1987.
  • Lueker, Erwin L., Lutheran Cyclopedia, CPH, St. Louis, 1954.

reformaluterana.org

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Catecismo menor de Martín Lutero en audio

Aquí ponemos a disposición de todos los visitantes, el Catecismo Menor de Martín Lutero, en audio, en dos versiones: … continuar leyendo: Catecismo menor de Martín Lutero en audio

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Tratado sobre el poder y la primacía del Papa

Tratado compilado por los teólogos reunidos en la ciudad de Esmalcalda en 1537

[1] El pontífice romano se arroga a sí mismo el título de que por derecho divino está sobre todos los obispos y pastores.

[2] Luego también añade que por derecho divino tiene dos espadas, esto es, la autoridad de conferir y transferir reinos.

[3] Y en tercer lugar, dice, que es necesario creer esas cosas para salvarse.” Y debido a estas razones, el obispo romano se llama a sí mismo el vicario de Cristo en la tierra.

[4] Consideramos y confesamos que estos tres artículos son falsos, impíos, tiránicos y perniciosos para la iglesia.

[5] A fin de que pueda ser entendida la causa de esta afirmación nuestra, debemos definir primero qué quieren decir los papistas cuando afirman que el obispo romano está sobre todos los obispos por derecho divino.

… continuar leyendo: Tratado sobre el poder y la primacía del Papa

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Los Artículos de Esmalcalda

Artículos de Doctrina Cristiana que debieron haber sido presentados por nuestros partidarios en el concilio de Mantua, o en cualquier otro lugar en que debía de reunirse el concilio, y que habían de indicar lo que podíamos o no podíamos ceder. Escrito por el Dr. Martín Lutero en el año 1537.

Prólogo del Dr. Martín Lutero

1 Puesto que el Papa Pablo III convocó por escrito un concilio el año pasado que tendría lugar en Mantua por Pentecostés y después fue trasladado de lugar, no sabiéndose aún dónde o si se pueda celebrarlo, y como nosotros por nuestra parte, debíamos esperar que siendo invitados o no, fuéramos condenados, me fue confiado3 componer y reunir los artículos de nuestra doctrina, para que si se tratase de deliberaciones, se supiese dónde y en qué medida queremos o podemos hacer concesiones a los papistas y sobre qué puntos pensamos definitivamente perseverar y mantenernos.

2 En este sentido he compuesto estos artículos y los he entregado a los nuestros. Han sido aceptados también por los nuestros y confesados unánimemente, y se ha decidido que (si el Papa y los suyos alguna vez llegasen a ser tan valientes y serios, sin mentiras y engaños, para convocar un concilio verdaderamente libre, como es su deber) se debía presentarlos públicamente como confesión de nuestra fe. … continuar leyendo: Los Artículos de Esmalcalda

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Confesión de Augsburgo

Introduccion Historica

La versión castellana de la Confesión de Augsburgo que ofrecemos aquí es traducción del original alemán. Está destinada al público en general que desee leer en español este documento de verdadera relevancia histórica.

La traducción estuvo a cargo del Profesor Roberto Hoeferkamp, del Centro Augsburgo de México.

La confección y la presentación de la Confesión de Augsburgo constituyeron el punto culminante del movimiento reformista de la iglesia occidental durante la década de 1520 a 1530.

En 1521 Martín Lutero y sus seguidores fueron puestos bajo el interdicto imperial a consecuencia de la acción de la dieta de Worms. Sin embargo, no fue posible hacer cumplir el decreto de Worms, ya que el emperador Carlos V estuvo ocupado en guerrear contra Francia e Italia y en los preparativos para hacer frente a la amenaza de los turcos.

Entretanto, los príncipes y algunas ciudades de Alemania se habían declarado a favor de una u otra parte. En general, el sur permaneció fiel a Roma. En 1524 un legado papal, Lorenzo Campegio, logró la formación de una liga de los príncipes católicos de la región. El norte se inclinaba hacia Lutero. Los príncipes de Brandenburgo, Nüremberg y Mansfeld simpatizaban con él. Ciudad tras ciudad, inclusive algunas del sur, se declararon a favor del reformador, entre ellas Magdeburgo, Augsburgo, Estrasburgo, Nüremberg y Ulm.

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Catecismo Menor de Martín Lutero

Prefacio

¿ Por qué el doctor Martín Lutero escribió este Catecismo?

El año 1527 Lutero fue nombrado visitador de las iglesias por su soberano, el príncipe Juan, elector de Sajonia (en Alemania). Al visitar las varias congregaciones de su distrito, Lutero encontró en las iglesias una verdadera miseria espiritual. Solamente en las grandes ciudades había una instrucción religiosa tolerable. Pero en las aldeas y en el campo mucha gente, bajo el nombre de cristianos, vivía abiertamente en pecados y vicios. Todos ellos habían sido bautizados y gozaban del privilegio de comulgar, mas no habían aprendido ni aun las partes más necesarias de la doctrina cristiana.

¿Y cómo podían aprenderlas? … continuar leyendo: Catecismo Menor de Martín Lutero

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Credo Apostólico – Credo Niceno – Credo de Atanasio

El Credo Apostólico Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo; nació de la virgen María; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día … continuar leyendo: Credo Apostólico – Credo Niceno – Credo de Atanasio

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